top of page

La rueda de los activos

¿Tú para que ahorras e inviertes? En mi opinión, construir patrimonio no es solo una meta financiera; es un acto de trascendencia. Más allá de los números y los balances, cada decisión de inversión refleja nuestros valores, aspiraciones y la manera en que queremos influir en el futuro.


Al hablar de inversiones, muchas veces se ignora que la construcción de un portafolio requiere seguir un orden lógico, que parte del menor riesgo hacia mayores oportunidades de rendimiento. Este proceso, que llamaremos "la rueda de los activos", no solo minimiza riesgos, prepara una base sólida para multiplicar el patrimonio. En esta entrega exploraremos ocho tipos de activos que, siguiendo este orden, permiten una diversificación inteligente y un crecimiento sostenido.


  1. Ahorro: El pilar básico


El ahorro es el inicio de cualquier estrategia patrimonial. Representa seguridad y la capacidad de enfrentar imprevistos. Aunque no genera altos rendimientos, su propósito no es multiplicar el dinero, sino conservarlo. Aunque anteriormente hemos hablado de las inversiones como recenta anti-inflación, valoremos el hecho de tener liquidez en todos momentos como un tipo de rendimimiento.


  1. CETES: La puerta de entrada a la inversión


Los CETES son el primer tipo de inversión que debemos tener, nos introduce al mundo financiero. Con rendimientos superiores al ahorro tradicional y un nivel de riesgo mínimo, los CETES son una herramienta para aprender cómo funciona el mercado financiero. Suelen ser la opción predilecta para los inversionistas que buscan una relación clara entre riesgo y retorno.


  1. Tierra: El activo más simple y tangible


La tierra es un activo con características únicas. No genera ingresos directos, pero su valor tiende a apreciarse con el tiempo, especialmente en zonas con alto potencial de desarrollo. Este activo se elige no solo por su estabilidad, sino también por su capacidad de resistir a crisis económicas, actuando como una especie de refugio, además de tener características de ser un vehículo productivo, por ejemplo aportando o desarrollando tú mismo ese terreno.


  1. Bienes raíces: El activo predilecto


Los bienes raíces son una evolución natural de la inversión en tierra. Este activo no solo conserva valor, sino que también puede generar ingresos constantes a través de rentas. La estabilidad del mercado inmobiliario lo convierte en una excelente opción para quienes buscan preservar y hacer crecer su patrimonio, siempre considerando la ubicación como factor clave.


  1. Arte: La inversión emocional y cultural


El arte es un activo menos convencional pero poderoso en términos de diversificación. Aunque no es líquido ni siempre fácil de valuar, el arte tiene la capacidad de retener valor en mercados complejos y, en ocasiones, de apreciarse de forma espectacular. Además, es un reflejo de la personalidad y los valores del inversionista, lo que agrega una capa de trascendencia emocional a esta inversión.


  1. Empresas: Socio activo


Invertir en empresas como socio no es solo una apuesta financiera; es una decisión estratégica. Al participar en empresas establecidas, el inversionista accede a flujos constantes de efectivo y a la posibilidad de apreciación del valor del negocio. No obstante, este activo exige un análisis riguroso y un entendimiento claro de la industria, en un entorno con ciclos de negocio cada vez más cortos.


  1. Acciones: De socio a inversionista


La renta variable es un paso hacia activos más riesgosos, pero con alto potencial de rendimiento. Las acciones permiten al inversionista ser parte del crecimiento de empresas que lideran sus sectores. Sin embargo, las fluctuaciones del mercado demandan una gestión activa del portafolio y una visión a largo plazo.


  1. Activos digitales: Innovación con cautela


Los activos digitales, desde criptomonedas hasta NFTs, representan la frontera más volátil del mundo de las inversiones. Aunque pueden generar rendimientos extraordinarios, también son propensos a pérdidas significativas. Se necesita otro tipo de mentalidad para realmente invertir en esto. Bitcoin, por ejemplo, ha demostrado ser una reserva de valor para algunos, pero el mercado de criptomonedas sigue funcionando con una mentalidad especulativa, tipo casino.


El orden importa


La rueda de los activos no es una regla inflexible, pero sí una guía basada en el riesgo progresivo. Saltarse etapas puede exponer al inversionista a pérdidas innecesarias. Este orden te permitirá construir un patrimonio sólido, donde cada activo cumple un propósito específico dentro del portafolio.


Invertir no es solo acumular riqueza, es construir un legado que trascienda generaciones. La rueda de los activos es una herramienta para quienes quieren estructurar su patrimonio de manera consciente y responsable. – Leo Assennato


Y tú, ¿En qué lugares de la rueda de los activos estas posicionado?


Diego Alcalá, Director de Operaciones en Comprando América



4 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page